Ya está aquí el verano y las ganas de salir al aire libre y tomar el sol están a la orden del día. Pero, ¿Cómo podemos coger el bronceado perfecto sin dañar nuestra piel?
Lo primero es mantener una buena alimentación, si nos cuidamos por dentro, nuestra piel lo reflejará por fuera. Aumenta la ingesta de alimentos ricos en vitamina C, que contienen un gran poder antioxidante. Asegúrate de incluir frutas y verduras en tu dieta diaria, escogiendo especialmente las de color anaranjado como las naranjas, zanahorias, calabaza o la sandía.
Igual de importante es realizar una buena exfoliación completa de la piel, con el objetivo de eliminar las células muertas y las impurezas que se han ido acumulando a lo largo del invierno. Gracias a la exfoliación, nuestra piel estará preparada para conseguir un tono bronceado uniforme. Si quieres conseguir una limpieza profunda de todas las capas de tu piel, te recomendamos acudir a una clínica de estética, ya que obtendrás un resultado eficaz sin dañar tu piel con productos demasiado agresivos.
Con la piel ya limpia y exfoliada, lo siguiente será hidratar la piel. Este paso es muy importante durante todo el año, pero más durante la época estival. Elige productos que se absorban con facilidad y que ayuden a calmar la piel. Este tipo de productos sirven tanto para preparar la piel como para usar la exposición solar.
Y por último, lo que no puede faltar en una rutina de preparación solar es usar una buena crema de protección solar a diario. Elige cremas con factor de protección muy alto, que te mantendrán a salvo de los rayos UVB y de los UVA. Este verano protege adecuadamente tu piel y evita los efectos nocivos de la exposición solar gracias a una buena rutina de cuidado de la piel.
